Siempre sucede lo mismo. El sentimiento de pena por la
pérdida va inevitablemente unido al de certeza de haber sido muy afortunados en
la tenencia de lo que ahora se va.
No parece necesario ser de la misma generación, ni siquiera
haber nacido en el mismo lugar. Pudiera pensarse que tener formas de vida
diferentes también podría ser un impedimento para conectar con la esencia del
ser humano, con lo más auténtico que una persona tiene.
Sin embargo, lo vivido nos enseña que la Tierra está ocupada
por seres con grandes corazones, con voluntad
de mirar al que está al lado desde el respeto y la humildad.
Hoy se va un hombre bueno, culto, consciente de que el
compromiso con los que más lo necesitan nunca puede dejarse de lado.
Ha sido un honor para
Ruta6 contar con Juan María Parés como amigo y vecino colaborador en la dura
tarea de dar Educación a los más desfavorecidos, de los que nunca se olvidaba.
Desde aquí queremos acompañar a toda su familia en el dolor
pero sobre todo a Pilar, mujer con la que construyó su hogar en Cabezón de la
Sal.
D.E.P.
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